Masaje con ventosas

El principio básico es la aplicación de una ventosa sobre la piel, a la cual vamos a provocar un efecto de vacío, con el fin de mejorar la vascularización local de la zona, permitiendo así un mayor flujo de oxígeno y nutrientes y una mayor retirada de catabolitos y sustancias de desecho.

La aplicación de la ventosa se realiza de forma directa sobre la piel del paciente. Originalmente, se emplea en el recorrido a lo largo de toda la columna vertebral, en una numeración par que oscila entre las 6 y 10 ventosas.

Una vez colocada a ambos lados de la columna vertebral, en el recorrido de la musculatura paravertebral, se dejan durante unos diez o quince minutos aproximadamente, tiempo en el que se produce el efecto violáceo (hiperemia local) en la piel. Una vez transcurrido este tiempo, se retiran las ventosas.

Sin embargo, existen otras modalidades de aplicación. Tal es el caso del masaje de liberación miofascial con ventosa. Para ello, se aplica la ventosa sobre la piel, y se induce un movimiento de deslizamiento sobre la misma, realizando un masaje de fricción y liberación del tejido miofascial.

Como primer efecto y más importante, se le asocia una acción analgésica (reducción del dolor). Esto se consigue a través de la mejora del flujo sanguíneo local, produciendo así la llegada de nutrientes, oxígeno, y la retirada de productos de desecho. Todo esto tendrá un efecto desintoxicante y depurativo sobre el organismo. Además, produce una liberación miofascial, mejorando el deslizamiento intertisular (entre los distintos tejidos del organismo).